La utopía es nuestro horizonte, al acercarme a ella, ella misma se aleja. Cuando nos acercamos estamos caminando. Qué tal si clavamos los ojos más allá de la crisis para adivinar otro mundo. La gente no será comprada por un puesto de trabajo, el dinero dejará de ser tratado como la medida de nuestra inteligencia. Los ingenieros no creerán que a las máquinas les encanta que las inventen para destruir puestos de trabajo. Los valores serán ensalzados a cada movimiento.